lunes, 19 de noviembre de 2012

África de la mano de Louis Vuitton


Louis Vuitton publica un libro sobre el legendario fotógrafo de Mali Seydou Keïta. Sólo hay 50 ejemplares. Cada uno incluye una obra original y cuesta 4.000 €.


Una vez más y desde que Marc Jacobs ocupa el puesto de Director Creativo de la casa, Louis Vuitton acierta de lleno en la diana del arte, publicando una compilación del trabajo fotográfico de Sydou Keïta.  La edición está  limitada a 50 ejemplares del libro “SEYDOU KEÏTA, PHOTOGRAPHS, BAMAKO, MALI  1948-1963” producido en colaboración con la agencia Steidlgangin y la Herencia de Seydou Keïta (quien tiene sus derechos).  Cada ejemplar se acompaña de una fotografía original inédita hasta ahora (“Unititled”), revelada en plata, certificada, numerada y firmada.  El set, sólo disponible en una selección de tiendas Louis Vuitton, se presenta en un lujoso cofre entelado al más puro estilo keïtiano, a un precio de  4.000.-€



La excepcional oferta de Vuitton sólo puede comprenderse conociendo la historia del que es considerado uno de los más influyentes fotógrafos del siglo 20, par de  Richard Avedon y “fotógrafo comparable a Rembrant, por la cantidad de información que transmite a través de objetos cotidianos, la controlada complejidad de sus retratos y la altísima calidad que mantiene en toda su prolífica obra”, dice Okwui Enwezor, comisario de la exposición 1996 en el museo Guggenheim.
Y la historia de la fiebre por un artista, por “un indígena”, que colapsó las calles de Nueva York el 18 de Octubre de 1997 en su primera exposición en la ciudad, con una multitud de limusinas repletas de ávidos compradores que adquirieron todas las fotografías con precios superiores a 18.000.-€ y 22.000.-$, empieza en una triste calle de Bamako (Mali), en el barrio de la prisión de la ciudad próxima a la estación de tren. 
En 1930 y con 14 años,  Seydou Keïta (se pronuncia kei-ii-ta), aprendiz de carpintero en el taller de su padre, recibe de su tío una cámara Kodak Brownie Flash y 18 años más tarde abre su estudio.   “Mi padre me dio la tierra con la casa detrás de la prisión central.  Allí abrí mi estudio.  Era un lugar donde nadie quería vivir a causa de los ‘espíritus’ que arrojaban piedras por la noche.  Incluso hoy, si duermes en esa casa, al apagar la luz podría aparecérsete el espíritu de un gran caballo blanco”, contaría años después el fotógrafo.  Pese a la pobreza de sus medios:  el tamaño de sus revelados era de 5x7 inch, colocando el negativo directamente sobre el papel, usando sus propias colchas como telón de fondo y la luz natural de la calle como iluminación, su talento y la naturalidad de sus retratos le hacen comenzar un próspero negocio. Toda la ciudad pasa por su estudio.






Tras la independencia del pais en 1960, se le ordenó cerrar su estudio y trabajar para el gobierno, pero Seydou se resistió, “un general vino entonces a mi estudio pero tuve tiempo para enterrar en el patio una lata con siete mil negativos”.  Fue quince años más tarde cuando alguien le robó todo su equipo fotográfico.  Entonces Keïta, con el fatalismo y practicidad clásica de su tierra reconvirtió aquel estudio de fotografía en un taller mecánico.

Es mucho más tarde, en 1990  cuando Françoise Huguier, reportero francés descubre sus imágenes y le compra algunos negativos para mostrar fuera del continente.  Es entonces cuando Jean Pigozzi propietario de la “Colección africana Pigozzi” envía a  André Magnin, su rastreador artístico, en busca del autor de esas sorprendentes fotografías y  quien, en 1992, vuelve a Europa con 921 negativos, los revela en gran tamaño presentándolos en 1997 en la Galería Scalo de Zurich y 4 meses después, en tamaño gigante (48 x 60 inch) en la Exposición de la Galería Gagosian (N.York).  Incluso en una ciudad con un standard artístico tan alto como Nueva York, la aparición de esos negativos fue un bombazo.   Magnin vendió todas las fotografías al propio Pigozzi y otros coleccionistas, galerías y museos atrayendo la atención del mundo del arte.  Y lo que para Keïta, el modesto autodidacta africano para quien la fotografía no era más que un “trabajo”, es para el mercado del arte un extraordinario valor de modernidad y vanguardia.  Los desacuerdos sobre las impresiones de sus negativos y los pleitos y argucias legales de unos y otros provocaron, a la muerte de Keïta,  unas estrictas restricciones en los derechos de propiedad y de revelado de las mismas, que hacen que esos 50 ejemplares que ahora la casa Vuitton ofrece sean no sólo una inversión en arte sino una gran oportunidad de mercado.







El catálogo de libros de Louis Vuitton incluye una cincuentena de títulos.  Entre ellos se destacan tres colecciones destinadas a viajes además de unos magníficos libros sobre la marca, su historia y sus productos.  En colaboración con reconocidos estudios fotográficos ofrece ediciones limitadas y numeradas de algunos artistas muy específicos, como es el caso del de Keïta.
No es extraño este interés por el mundo editorial en la casa Vuitton si se recuerda que Gaston-Louis Vuitton (1883-1970), bisnieto del fundador, fue un gran coleccionista y amante de los libros que instigó la publicación de las primeras ediciones limitadas de la marca.
En otro orden, han sido muchos los escritores famosos que han confiado en Vuitton encargando sus magníficos baúles para desplazarse en los viajes con sus bibliotecas, tales son los casos de Hemingway y Françoise Sagan.  Y es tradición en la casa, desde su fundación en 1914 con la primera tienda en los Campos Elyseos, que los libros ocupen un lugar de preferencia en sus establecimientos.


(Publicado por FUERA DE SERIE -Expansión  27.08.2012)
Más info: 'Seydou Keïta, Photographs, Bamako, Mali 1948-1963', 50 cajas numeradas. Tamaño 38 x 46 x 9 cm. De venta en boutiques de Louis Vuitton. Precio: 4.000 €.



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